
Peinando olivos
El vareo del olivo es una técnica ancestral que ha sido utilizada por los agricultores durante siglos.
Caminar no solo es un acto físico: es una forma de habitar el mundo con mayor conciencia. En un contexto donde las prisas y la inercia dominan, caminar se convierte en una herramienta sencilla pero poderosa para reconectar con nosotras mismas y con el entorno que nos rodea. Cuando decidimos trasladarnos a pie, reducimos emisiones de CO₂, descongestionamos las ciudades, bajamos nuestro nivel de estrés y mejoramos nuestra salud. Pero más allá de sus beneficios evidentes, caminar puede ser un ejercicio de atención plena. Al caminar con presencia, percibimos el ritmo de nuestros pasos, el roce del aire en la piel, los sonidos del entorno, los detalles urbanos o naturales que solemos pasar por alto. Nos volvemos parte activa del paisaje. Además, cada trayecto puede transformarse en una pequeña exploración personal: ¿cómo piso?, ¿en qué pienso mientras camino?, ¿qué espacios habito sin mirar? Esta conciencia corporal y ambiental es un primer paso hacia una vida más sostenible.

El vareo del olivo es una técnica ancestral que ha sido utilizada por los agricultores durante siglos.

¿Y si miramos con otros ojos? Muchas veces, los objetos que creemos inservibles pueden tener una nueva vida.

Plantar árboles podría considerarse un hábito sostenible ya que contribuiría a restaurar el medio ambiente y sería una manera de combatir el cambio climático pues los árboles absorben CO2.